En CIDET creemos que la respuesta obvia a esta pregunta es SI, y es que hay que reconocer que cada vez más las personas mayores de 65 años son más conocedoras de los servicios de Internet y además lo usan cada vez más, por ejemplo, el mail, leer noticias, buscar lugares, mapas, etc. ya sea con el móvil (smartphone) tablet o ordenador. En nuestro contexto, cuando enseñamos a personas mayores, vemos cómo como es posible aprender y disfrutar de las ventajas que nos ofrece la red.

No obstante es necesario reconocer que las nuevas tecnologías no han llegado a todos los mayores al mismo ritmo que a los jóvenes.

Basado en los informes realizados por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad en su informe «Las personas mayores en España 2016»: Considerando a los ciudadanos mayores de 65 años: 34 % disponen de ordenador en casa, y 79 % disponen de smartphone. En el rango de edad de 65 a 69 años, 41% son Usuarios de Internet, y 70-74 disminuye a 24% y de 75-79 es 15%. El tipo de conexión más utilizado es ADSL/Fibra óptica, pero todavía mucho (56%) utilizan Internet desde el smartphone. La razón por la que declaran no tener conexión a Internet es que no la necesitan (82%), falta de conocimiento (49%), demasiado caro (12%) y otras razones (12%) (se permiten múltiples respuestas).

Para los que se conectan a Internet, los servicios más utilizados son la lectura (76%), el correo electrónico (72%) y la búsqueda general (51%). El uso de teléfonos inteligentes ha aumentado en los últimos años, sobre todo en los jóvenes (65-69) siendo utilizado por casi el 90% de los usuarios de Internet.

Según este informe, afirma: que una parte de las personas mayores no disponen de las tecnologías de la información y las comunicaciones básicas o, aun teniéndolas a su alcance, no las utilizan. Aunque muchos encuestados afirman que su lejanía al uso de Internet se debe a la falta de necesidad, según hemos podido comprobar, esta respuesta enmascara con frecuencia un conocimiento limitado de las posibilidades que brindan las tecnologías de la información y las comunicaciones, o bien posibles carencias formativas o económicas. Precisamente, este hecho sugiere que una solución puramente vegetativa es, además de injusta y poco razonable, simplemente ineficaz: la lejanía de muchas personas mayores a las TIC no se debe a su edad, sino a las citadas carencias formativas, económicas o de infraestructuras, que no quedarán universalmente resueltas de forma automática con el tiempo. Además, cabe esperar que las próximas generaciones puedan caer en sus propias brechas tecnológicas, relacionadas con nuevos avances y desarrollos a los que no han sido capaces de incorporarse.

De esta forma, como ya se indicó en ediciones anteriores de este informe, cualquier solución sensata a este problema pasa por atajar el verdadero origen de la desigualdad: una minusvaloración de las ventajas potenciales de las tecnologías, derivada con frecuencia de su desconocimiento, y la carencia de formación para adoptarlas. De esta forma, las acciones potencialmente más eficaces estarán asociadas con la información (que permita identificar las ventajas y riesgos de cada tecnología a sus potenciales usuarios) y la formación (que capacite a éstos para hacer un uso adecuado de dichas herramientas, que redunde en un enriquecimiento de la propia sociedad de la información).

Referencia: http://www.imserso.es/InterPresent1/groups/imserso/documents/binario/112017001_informe-2016-persona.pdf